Y la nieve ardía, por Manuel Castells
28 de Dezembro de 2019, 10:00Un viento helado recorre el planeta azul congelando nuestros sueños bajo una capa de nieve sucia. Pese al calentamiento global. O, más bien, en parte por eso. Huracanes, inundaciones, incendios, sequía, calor sahariano, frío polar y tsunamis más o menos democráticos, todo a la vez. Y los océanos crecen, amenazando con engullir islas y litorales, ahogando a miles y convirtiendo a millones en nuevos refugiados que nadie está dispuesto a acoger. Mientras los científicos se desgañitan en analizar y predecir y los niños del mundo protestan para que les dejemos su herencia, el Congreso se divierte. Reuniones de alcurnia, discursos altisonantes, dineros malgastados y capas de ozono devoradas por aviones transportando a miles de burócratas y políticos de un lado a otro para repetir siempre lo mismo, mantener en tensión a los medios y al final no tomar en serio el riesgo que corremos como especie. O aún peor, saberlo y no actuar, esperando jubilarse antes de que llegue el apocalipsis.